Gusto indiscriminado y “de todo un poco”

-Voy a salir, ¿Te dejo la música puesta?
- No, gracias. A mí no me gusta “de todo un poco”

A mí, personalmente, me gustan pocas cosas.

Soy, no está de más repetirlo, extremadamente prejuiciada en cuanto a música, cine o cualquier otra manifestación artística se refiere.
Me toma tiempo “agarrarle gusto” a algo y creo que todo ocurre en un momento determinado… es por eso que no puede escuchar The Mars Volta por dos años y desde hace otros dos los escucho incansablemente.
Además de todo, me obsesiono con alguna cosa en particular hasta que me canso y paso a la siguiente.

Soy yo; realmente poco y nada me interesa lo que haga o diga el resto. En el mejor de los casos, ténganlo por seguro, los estoy ignorando amablemente. Salvo ciertas excepciones.

Hoy, casi viernes, y luego de pasar lo que voy a llamar de ahora en adelante como “la semana maldita” me puse a reflexionar un poco sobre el tema.

Acción y reacción.

Conmigo labora un ser humano, porque de hecho lo es, que a pesar de ser buena persona incurre constantemente en acciones que hacen que los otros tres seres humanos que tenemos que convivir 8 horas con él nos veamos sumergidos en incontenibles ganas de caerle a patadas, mientras uno canta y otro dice “muere, idiota, muere”.

Es así.

En fin, es una buena persona pero no tiene gusto alguno.

¿Por qué digo que no tiene gusto? No porque verdaderamente piense que mis apreciaciones en cuanto a nada sean mejores que las de él. Lo digo porque se encaja en el grupo –masivo- de personas a las que les gusta de “de todo un poco”. Sin darse cuenta de la falacia de su afirmación.

En esta “la semana maldita” el sujeto en cuestión ha tenido a bien “deleitarnos” con muestras de música tan variada que van desde salsa vieja/comercial/maldita/erótica hasta electrónica de discoteca (léase comercial) pasando por Arjona, Miranda, Maná, reggaeton… y hasta The Beatles, aunque eso último en realidad fue un error.

Le ha subido el volumen a los parlantes y ha llegado a tales niveles de excentricidad la muestra musical que hemos llegado a secretamente planear cortar el cordón de sus parlantes, desinstalar el driver de audio de su PC y una vez más golpearlo. Pero, no hay de que preocuparse, seguimos siendo personas racionales con audífonos y música que suena más alto que la suya.

Yo me pregunto, y en serio pregunto a ver si alguien me puede responder, ¿Cómo define sus gustos musicales alguien que puede escuchar Alejandra Guzman, seguida de Peral Jam, Wizin y Yandel, Gun’s & Roses, Arjona y acabar con Marc Anthony?

De hecho escuchar canción por canción en ese orden.

No es que yo esté en contra de la diversidad, estoy muy a favor de ella. Solo me resulta incompresible que a alguien le pueda, verdaderamente, gustar indiscriminadamente mezclar géneros y estilos tan desgarradoramente.

Consecuencia de ignorancia

Cuando alguien afirma que en cuanto a música “le gusta de todo un poco” creo fervientemente que le hace falta agregar “que sea comercial” para no caer el una mentira. ¿Por qué?

En mi experiencia de campo, a las personas a las que les gusta de “todo un poco” no les gusta Radiohead, odian a Björk, no han escuchado nunca a Pink Floyd, a Portishead, King Krimson, Rocola Bacalao o a Piazzola y simplemente no comprenden el jazz o la música clásica. Confunden géneros y realmente no saben de que se está hablando.

En el mejor de los casos les gusta “Creep” de Radiohead, el un par de canciones del Umplugged de Nirvana y una canción del último disco de Babasónicos y pare de contar. Pero si hablas de Sin Bandera, Maná, Arjona, Shakira o algún grupo de moda saben exactamente de qué estás hablando.

Tomando como referencia el caso del sujeto antes mencionado; este ha llegado a afirmar que “Kudai es como Molotov”… -sin comentarios-

Más aún, al que le gusta “de todo un poco” no le interesa realmente expandir sus horizontes musicales. No que eso sea realmente de mi incumbencia, nadie está obligado a hacer nada y cada cual debe vivir su vida como mejor le parezca. Y si no quiere conocer, pues bien está en su derecho… yo me niego constantemente a escuchar música que he clasificado como “bitch music”.

Indiferentemente de qué tan abiertos sean tus gustos musicales debe haber algo que de hecho no te guste.

Indiscriminado

No encuentro otra forma de definir este fenómeno más que como “gusto indiscriminado”.

Gusto indiscriminado por lo que está de moda, lo que me recuerda algo o a alguien, lo que se me hace fácil de procesar, etc.

Realmente no hay un tamiz que les permita discernir. Cualquier pieza musical puede ser de su agrado o no sin importar el género, color o número… claro está, siempre que no sea “raro”.

No es que yo crea que soy mejor por definir meticulosamente mis gustos. No es que yo crea que es idiota no hacerlo… está bien sí creo que es un poco idiota. Es que realmente no me cabe en la cabeza que alguien pueda decir “me gusta de todo un poco” y verdaderamente creérselo…