Nadie comprenderá nunca, al menos no lo podré hacer yo, como mi tía, una mujer que se niega a ir al cine, llegó a España. Es extraño y lo recuerdo cada vez que como fuet o jamón. Fue hace 27 años y lo cuenta como si hubiera sido ayer.
Aún llama a veces a preguntar si la llevamos al supermaxi a “comprar unas cositas” … “no tía eso no existe, tu compras todas las cositas” …
Luego recuerda la historia del nacimiento de mi padre “el niño que todo la ciudad fue a ver a la maternidad”… era lindo, lo alquilaban de “Niño Dios” o eso cuenta mi tía.
Y yo nunca comprenderé eso tampoco.
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